Los invernaderos sostenibles son versátiles, se adaptan a diversos climas y ofrecen condiciones de cultivo controladas, garantizando la seguridad y previsibilidad de los cultivos en medio de condiciones meteorológicas fluctuantes. Mitigan los retos de los climas extremos, permitiendo el cultivo en condiciones que de otro modo serían desfavorables, más cerca del mercado y reduciendo las distancias recorridas por los alimentos.
Nuestros invernaderos ecológicos reducen el uso de pesticidas en un 50%, lo que responde a las preocupaciones medioambientales y sanitarias. Muchos países, conscientes de estas ventajas, exigen su uso para cultivos alimentarios específicos, lo que garantiza el cumplimiento de estrictos protocolos de cultivo y la producción de productos de calidad aptos para el mercado.