Calefacción de invernaderos

Calefacción de invernaderos

Hace más de un siglo, los primeros sistemas de calefacción de invernaderos permitieron a los cultivadores holandeses ampliar su temporada de cultivo. Hoy en día, los sistemas de calefacción siguen siendo un elemento crucial en los invernaderos comerciales de todo el mundo. Cuando se observa el clima, lo primero que hay que tener en cuenta es la temperatura diurna, la nocturna y los niveles de humedad relativa y absoluta. Muchos cultivos de invernadero requieren una diferencia de temperatura entre el día y la noche para el correcto cuajado de los frutos. En muchos casos, la temperatura media en 24 horas debe ser superior a 18 grados centígrados. Para lograr estas condiciones, un sistema de calefacción de invernadero es, en la mayoría de los casos, la primera instalación técnica que debe considerarse. La máxima diferencia de temperatura posible en el invernadero holandés, el Delta T, es para lo que están diseñados los sistemas de calefacción.

Calefacción radiante en invernaderos

Tradicionalmente, para calentar un invernadero se utiliza una caldera central de gas que calienta el agua que se distribuye por el invernadero. Este método de calefacción radiante funciona según el mismo principio que el sistema de calefacción central de los hogares. La temperatura y el flujo del agua calentada por todo el invernadero pueden controlarse con precisión mediante sistemas automatizados de bombas y válvulas.

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Fuentes de calor

En un sistema de calefacción radiante en invernaderos, el agua caliente se bombea a través de una red cerrada de tuberías. La fuente de esta agua caliente es muy importante para crear un sistema climático a prueba de futuro en tu invernadero.