Los tejidos de pantalla difusa están disponibles con una estructura abierta que, en combinación con la ventilación de cumbrera, proporciona una refrigeración y una protección solar óptimas. También están disponibles con una estructura cerrada, que reduce el enfriamiento por la tarde, minimiza el riesgo de que se forme condensación en el cultivo y ahorra energía por la noche. La característica común de todas las pantallas difusas es la difusión de la luz gracias a las tiras blancas aplicadas tejidas o tricotadas en el tejido. Como resultado, en la última década, las pantallas difusas han sido cada vez más populares entre los cultivadores de diversos cultivos en diferentes climas.
Difusión de la luz
Con la luz difusa, ninguna hoja queda a la sombra. Cuando la radiación total de luz solar se mantiene constante, hay una distribución más uniforme de la intensidad de la luz a través de las hojas, lo que reduce los puntos de brillo excesivo o de sombra excesiva. La luz de alta intensidad sobre las hojas suele ser menos eficaz para la fotosíntesis. Los estudios indican que, en un entorno de luz directa, la distribución de la luz es subóptima para la fotosíntesis, tanto horizontal como verticalmente.
La distribución horizontal uniforme de la luz es crucial para el crecimiento uniforme de las plantas. En días de mucha luz directa, la distribución de la luz dista mucho de ser ideal. No sólo las hojas proyectan sombras, sino también la estructura del invernadero y los equipos instalados. Esto hace que algunas plantas reciban demasiada luz, lo que provoca estrés y daños por quemaduras, mientras que otras permanecen en la sombra, reciben luz insuficiente y muestran un crecimiento atrofiado.
Para cultivos altos como tomates, pimientos y pepinos, la distribución vertical de la luz también es problemática en condiciones de iluminación directa. Las hojas superiores captan la mayor parte de la luz, que excede lo que puede utilizarse eficazmente para la fotosíntesis. Las hojas inferiores, que reciben poca luz, contribuyen mínimamente a la fotosíntesis y al crecimiento de la planta. Por lo tanto, lograr una distribución equilibrada de la luz es crucial para un desarrollo sano y uniforme de la planta.